La década de los 70’s puede ser considerada como un período de bonanza para la aviación civil, en esos diez años se contabilizó, solo en los Estados Unidos de América (EUA), la entrega de más de 100,000 aeronaves desde las líneas de producción a dueños particulares y compañías aéreas; estos nuevos modelos incluían la aplicación de tecnologías y uso de materiales destinados a incrementar la velocidad, comodidad y tamaño de los aviones y helicópteros, aprovechando el bajo costo del combustible.
Debido al incremento explosivo de la cantidad de aeronaves entre 1970 y 1980, el espacio aéreo y los aeropuertos eran compartidos por aparatos de reciente fabricación, junto a unidades con 10 o 20 años de antigüedad y numerosos veteranos que sobrepasaban tres décadas surcando los cielos; todos ellos realizando operaciones de transporte de pasajeros, carga, entrenamiento, investigación científica, viajes de negocios y vuelos de placer. Lastimosamente algunas de estas maravillosas máquinas fueron utilizadas para una indigna tarea: el contrabando de sustancias ilícitas hacia los EUA.
Las organizaciones criminales que encontraron en el tráfico de drogas una forma de incrementar rápida y exponencialmente su riqueza, sabían que las aeronaves son fáciles de robar… para quien sabe hacerlo; también sabían que un avión liviano tiene la ventaja de poder ser volado por un piloto con poca experiencia, junto a la desventaja de poseer un corto alcance y limitaciones en la carga útil a transportar. En cambio, con aviones de mayor tamaño, la capacidad de carga y su autonomía de vuelo es muy superior, pero requieren una tripulación bien entrenada y una pista de aterrizaje de considerable longitud.
La Administración de Control de Drogas (DEA, pos sus silgas en inglés) estimó que solo en 1979 fueron introducidas a territorio norteamericano entre 10,200 y 13,700 toneladas de marihuana, por un valor de hasta $13,700 millones de dólares (un poco más de $52,000 millones en 2020) y que de esa cantidad, aproximadamente un tercio llegó por vía aérea.
La Oficina Internacional de Robo de Aviación (IATB, por sus siglas en inglés), reportó para finales de 1979 el hurto de al menos 200 aeronaves solo en EUA, la mayoría de ellas en los estados de Florida y California. Entre los modelos preferidos por los delincuentes se encontraban en primer lugar los bimotores de entre seis y ocho plazas, en segundo lugar aeronaves livianas de un solo motor y en tercer lugar, pero en menor proporción, aviones de carga de dos y cuatro motores recíprocos, entre ellos un DC-6 perteneciente a una aerolínea salvadoreña.
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AESA.
Aerolíneas El Salvador SA (IATA: SZ / ICAO: SZA), fue una compañía de transporte aéreo internacional fundada en la ciudad de San Salvador en marzo de 1960, inicialmente con un 55% de capital salvadoreño y un 45% de capital nicaragüense (accionistas de Líneas Aéreas de Nicaragua, LANICA). Obtuvo su Certificado de Explotación para poder realizar operaciones de transporte de pasajeros y carga entre El Salvador y los EUA (Miami), con una frecuencia semanal, el día martes 25 de octubre de ese mismo año.
Según consta en el registro, durante los 31 años de funcionamiento (1960 – 1991) AESA utilizó dos diferentes modelos de aeronaves de transporte en sus operaciones, iniciando con los bimotores Curtiss C-46 Commando (MTOW de 45,000 libras), que fueron sustituidos por aviones de cuatro motores Douglas DC-6B (MTOW de 107,000 libras); Para 1979 eran dos de éstos últimos aparatos con los que contaba Aerolíneas El Salvador: el YS-05C nombrado “José Simeón Cañas” y el YS-39C nombrado “Gral. Manuel José Arce” (Te podría interesar: https://flotilla-aerea.com/2020/11/01/aeronaves-nombradas-el-salvador/).
YS-39C.
El Douglas DC-6 es un avión de pasajeros y de carga propulsado por cuatro motores recíprocos Pratt & Whitney R-2800, fabricado por Douglas Aircraft Company entre 1946 y 1958. Originalmente fue diseñado como un transporte militar cerca del final de la Segunda Guerra Mundial.
El DC-6BF YS-39C (msn: 45217 / LN: 773) fue construido en el año de 1957 y voló a rededor de 15 años en los EUA con la matrícula N6581C. A finales de 1972 fue exportado a El Salvador para volar con TACA CARGOLINER y le fue asignado el registro YS-39C.
Se reporta volando con Aerolíneas El Salvador a partir de julio de 1978, utilizando los colores de AESA: blanco y gris con una gruesa línea roja y una delgada línea azul al medio; le fue asignado el nombre del prócer salvadoreño y fundador de la Legión de la Libertad “Gral. Manuel José Arce”; conservó la matrícula utilizada con TACA hasta ser retirado de servicio.
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La noche del día 28 de noviembre de 1979 aparentaba ser el final de una rutinaria jornada en el Aeropuerto Internacional de Miami (KMIA / MIA). Como todos los miércoles, la tripulación de un DC-6 de AESA llenaba el papeleo después de aterrizar procedentes de la ciudad de San Salvador, antes de retirarse a descansar para completar el viaje de vuelta a la mañana siguiente.
En la madrugada del jueves 29, cerca de las 03:30 horas, tres hombres portando uniforme de piloto, identificándose como tripulación de LANICA y al menos uno de ellos con dominio perfecto del idioma español, conversaron con el personal de seguridad, seguidamente presentaron un plan de vuelo hacia Haití (MTPP / PAP), abordaron el YS-39C y despegaron tranquilamente a las 04:06 horas. El DC-6BF nunca arribó a la isla caribeña, al salir del espacio aéreo de los EUA se dirigió a una locación desconocida en territorio colombiano.
La desaparición del YS-39C se descubrió minutos después, cuando la tripulación que había llegado junto al avión en la noche anterior, se presentó a fin de preparar el vuelo programado a las 05:30 horas con destino a San Salvador, percatándose con asombro y confusión que el DC-6 no estaba en el área de estacionamiento asignado a Aerolíneas El Salvador.
Este evento, a pesar de ser el primero y único hurto de una aeronave de AESA, generó de inmediato un grave impacto en la compañía, primero por la pérdida de un avión valorado en $ 250,000.00 dólares (1979) y segundo por la inminente cancelación de vuelos y ruptura de los contratos de transporte de carga internacional en el que su DC-6 desaparecido estaba comprometido.
En la noche del jueves 29, luego de casi 16 horas desaparecida y después de un ajetreado día de investigaciones, declaraciones, reprogramación de vuelos, coordinaciones con las oficinas en San Salvador y a punto de terminar dando por perdida la aeronave, una noticia cambió totalmente el destino de Aerolíneas El Salvador: El YS-39C acababa de aparecer en los EUA, a tan solo 18 MN al norte de KMIA, en el Aeropuerto Internacional de Fort Lauderdale-Hollywood (KFLL / FLL).
Aproximadamente a las 20:15 horas el personal de la torre de control de KFLL recibió una llamada por radio desde una aeronave (se desconoce el indicativo utilizado), solicitando permiso para aterrizar de emergencia por falta de combustible; ante tal solicitud y siguiendo los protocolos para ese tipo de eventos, el avión fue autorizado a aterrizar. Llamó la atención del personal del aeropuerto que el DC-6 solo abandonó la pista activa y apagó motores en la calle de rodaje, asimismo al observar a través de binoculares, los controladores detectaron desde la torre de control que miembros de la tripulación habían salido del avión y corrieron en sentido opuesto al edificio de la terminal, por lo que alertaron inmediatamente al personal de seguridad de KFLL, aduanas, bomberos y policía. Dentro del aeropuerto, las autoridades reportaron el descubrimiento inicial, a bordo del YS-39C, de al menos cinco toneladas de marihuana valoradas en $5,000,000.00 millones de dólares (aproximadamente $19,000,000.00 en 2020).
Los dos tripulantes lograron salir del perímetro del aeropuerto y abordar un vehículo que los esperaba, con tal mala suerte que el sedán se atascó en el terreno, por lo que corrieron junto al infortunado chofer hacia la calle y llegaron a ofrecer hasta $100 dólares a varios conductores para que los alejaran del lugar. Ante la negativa de los automovilistas e inmediata reacción de los agentes de la ley, fueron capturados por la policía de Broward County: Lane Chandler, piloto de 49 años originario de Miami y José Rodríguez, copiloto de 32 años originario de Santa Marta, Colombia; el cómplice que los esperaba en tierra logró escapar.
Una inspección minuciosa del personal de mantenimiento y de AESA determinó que la aeronave no había sufrido daño y que en efecto el combustible estaba a punto de agotarse, lo que hace pensar que el YS-39C no fue reabastecido en su destino suramericano, desde la salida de KMIA en la madrugada del jueves 29.
Este acto de delincuencia y tráfico internacional de droga que pudo terminar en tragedia y pérdida económica para AESA, concluyó mejor de lo que se hubiese podido esperar. Las autoridades de los EUA efectuaron capturas y decomisaron un gran alijo de marihuana evitando que llegara a las calles de Miami. Asimismo, luego de las pesquisas correspondientes, Aerolíneas El Salvador recuperó su avión DC-6B.
El YS-39C continuó volando, dando cumplimento a los compromisos internacionales de transporte de carga ente Miami y El Salvador hasta principios de la década de los 90’s, cuando fue retirado de vuelo. Actualmente, éste noble veterano de 63 años, se encuentra deteriorándose con el paso del tiempo en MSLP, de manera habitual es utilizado con fines de adiestramiento para el personal de bomberos aeronáuticos. Tristemente éste venerable avión, testigo silencioso de una época dorada de la aviación, pasa desapercibido para la mayoría de usuarios del aeropuerto, a pesar de su rica historia e interesantes aventuras que son parte del legado aeronáutico salvadoreño que nos hemos propuesto rescatar (Te podría interesar: https://flotilla-aerea.com/2018/09/28/aeronaves-de-el-salvador-en-exposicion/).
Investigación realizada por Flotilla-Aérea, vía Mario A._
DEA: Drug Enforcement Administration / Administración de Control de Drogas.
IATB: International Aviation Theft Bureau / Oficina Internacional de Robo de Aviación.
MTOW: Maximum Take Off Weight / Peso Máximo al Despegue.
Fuentes consultadas:
– Archivos F/A.
– SMUGGLERS IN STOLEN PLANES PLAGUE FAA, DRUG AGENCY – Douglas B. Feaver – Washington, USA, 1981.
– HISTORY OF DRUG TRAFFICKING – History Editors – A&E Television Networks, USA, 2017.
– https://www.sun-sentinel.com/local/broward/fort-lauderdale/