El pasado lunes 09 de marzo del 2020 el Gobierno de la República, a través de la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA), anunció el lanzamiento de la licitación para los estudios de factibilidad dirigidos a la construcción del Aeropuerto del Pacífico, en la zona oriental del país.
En la conferencia de prensa, se dejó entrever la magnitud del proyecto: La construcción y equipamiento de un edificio de dos niveles, con sus respectivos puentes de abordaje, áreas comerciales y campo aéreo con una pista de 3,200 x 60 metros (Las dimensiones de MSLP son 3,200 x 45 mts). Asimismo, el aeropuerto será construido en un lugar idóneo donde se cumpla con los requerimientos y estándares establecidos por la OACI, IATA, FAA y AAC.
De momento, el área seleccionada no ha sido confirmada, pero se puede deducir (por las imágenes publicadas por CEPA durante el lanzamiento de la licitación) que utilizarán como base la pista “El Tamarindo” (MSET) y sus terrenos adyacentes, en el municipio de Conchagua, La Unión.
La idea de construir un aeropuerto de carácter internacional para impulsar el desarrollo de la zona oriental de país a través del comercio y turismo no es nueva, ya que se remonta a la década de los 60´s bajo la presidencia del Coronel Julio Adalberto Rivera. Para tal efecto, en el mes de julio de 1966, el Instituto de Colonización Rural le entregó al Supremo Gobierno (en el ramo de Defensa) tres terrenos en la jurisdicción de Conchagua, localizados en la hacienda “El Encantado” (Acuerdo Nº 206 Ramo de Defensa Nacional, 1966), con tres objetivos específicos:
- Para la construcción de una pista de aterrizaje: una franja de terreno de 91½ hectáreas desde el sector conocido como “El Faro”, hacia el norte.
- Para servicios de la Fuerza Aérea (Rampa, hangares y terminal): Un lote de 3,455 mts² en el sector conocido como el polígono “Tamarindo Jagüey”.
- Para la construcción de un centro recreativo: un lote de 7,180 mts².
A pesar de que la donación de los terrenos se efectuó en 1966, la construcción de la pista de aterrizaje se demoró por más de una década, dando inicio las obras a principios de 1976, bajo la presidencia del Coronel Arturo Armando Molina Barraza, siendo posteriormente finalizada en octubre de 1977, estando como presidente el General Carlos Humberto Romero. En el acto de inauguración participaron: el titular del Ministerio de Obras Públicas, Ing. León Rivas Duran, el Ing. Pablo Paredes Lemus y el Arq. Pío Salomón Rosales, así como también representantes de la Dirección General de Aeronáutica Civil y de la Fuerza Aérea Salvadoreña (FAS).
La nueva pista de “El Tamarindo”, también llamada “El Jagüey”, consistía en una superficie de asfalto, con orientación 15 – 33 (la misma que Ilopango), con 1,340 x 23 metros de dimensión y una altitud media de 10 pies MSL, proporcionaba un área óptima para la operación de las aeronaves de hélice civiles y militares de la época. El desarrollo de la infraestructura planificada fue mermando por otros proyectos estratégicos de gran magnitud como la construcción del Aeropuerto Internacional Cuscatlán (te podría interesar: https://flotilla-aerea.com/2015/02/02/aeropuerto-internacional-35-anos-de-operacion/), la carretera al aeropuerto, la presa hidroeléctrica de Cerrón Grande (fase II) y la Estación Terrena de Izalco, etc; Todo esto sumado a los incipientes actos vandálicos, de pillaje y terrorismo que ya azotaban al país a finales de la década de los 70s, impidieron que se construyera el edificio de la terminal aérea, la cual debía incluir: Oficinas migratorias, aduana, cuarentena agropecuaria, torre de control y hangares. Relegando su operación a la de un aeródromo no controlado en un espacio aéreo clase G.
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Aeródromo: área destinada total o parcialmente a la llegada, salida y movimiento en superficie de aeronaves.
Aeropuerto: es un aeródromo que cuenta con instalaciones permanentes dedicadas al transporte aéreo comercial.
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Con la apertura de la nueva pista y considerando su ubicación estratégica, el Gobierno de la República entregó la administración y responsabilidad del aeródromo a la FAS (vigente a la fecha), destacando una posición permanente con Unidades de la Fuerza Armada para brindar seguridad y mantener un registro de las operaciones de vuelo, siendo visitada de manera frecuente por aeronaves civiles y militares.
Aprovechando la reciente inauguración de la pista “El Tamarindo” en octubre de 1977, El Club salvadoreño de Aviación Civil de Reserva la utilizó (en diciembre de ese mismo año) como un punto de chequeo en la ruta de navegación para aeronaves bimotor, durante el desarrollo del “IV Rally Aéreo Centroamericano”, que contó con la participación de pilotos de la región.
En lo que parecía un desarrollo normal de “El Tamarindo” como puerta de entrada a los destinos turísticos de oriente, se vio afectado grandemente por la inestabilidad política de la región, que conllevó con grandes cambios en países del istmo.
El sábado 23 de junio de 1979, durante un fin de semana lluvioso en la zona costera y en el Golfo de Fonseca, un DC-3 matrícula HC-SJI aún los emblemas de la aerolínea ecuatoriana SAN (Servicios Aéreos Nacionales) realizó un aterrizaje de emergencia con armamento para el FSLN (NIC), siendo capturada la tripulación y posteriormente trasladada junto a la aeronave y su carga hacia el aeropuerto de Ilopango, para realizar las diligencias correspondientes.
Semanas después, con la caída del gobierno de Anastasio Somoza Debayle en julio de 1979, aterrizaron en la pista “El Tamarindo” varias aeronaves monomotor, bimotor, agrícolas y helicópteros procedentes de Nicaragua, cuyas tripulaciones solicitaban asilo en El Salvador, al escapar del régimen sandinista.
Durante los 12 años que duró el conflicto armado (1980 – 1992) fue imposible darle continuidad al proyecto de construcción de un aeropuerto en “El Tamarindo”. Siendo el aeródromo utilizado solamente para la operación de taxis aéreos, prácticas de las escuelas de aviación y visitas esporádicas de aeronaves privadas, siempre con la debida autorización de la Fuerza Aérea; Asimismo se incrementó la presencia de Unidades del Ejército, Fuerza Naval y aeronaves de la Fuerza Aérea, con el fin de evitar el constante flujo de tráfico ilegal de armamento por mar y aire desde Nicaragua. Finalizado el conflicto, la historia no fue diferente, ya que había necesidades más apremiantes en un país que recientemente había firmado la Paz y esos 12 años fueron suficientes para acabar con cualquier incentivo para el desarrollo turístico e industrial en el municipio de Conchagua.
A principios de la década del 2000, siendo Jefe de la Rama Aérea el Cnel. PA DEM Milton Antonio Andrade Cabrera, la FAS incluyó en su organización a una Unidad destinada a establecerse de manera permanente en “El Tamarindo”; esta Unidad fue denominada como “Primer Grupo Compuesto”, siendo formalmente establecido el día 17 de julio de 2001. Entre sus actividades iniciales fue la de demarcar el contorno de los terrenos donados en 1966, dar mantenimiento y cercar el perímetro de la pista para evitar el ingreso de personas, ganado y animales domésticos, generar presencia de la Fuerza Aérea con la comunidad e incrementar las operaciones aéreas en la zona, todo esto con fondos propios dado que el aeródromo seguía y sigue estando bajo administración militar.
En los últimos 20 años, se ha anunciado en repetidas ocasiones la intención de impulsar el desarrollo de la zona oriental, incluyendo en esos planes el mejoramiento de la pista de aterrizaje de “El Tamarindo”, la construcción de infraestructura adecuada para atender a las aeronaves y pasajeros en llegada/salida y los incentivos necesarios para que la industria y el turismo nacional e internacional sea rentable, sin que a la fecha se haya concretado.
Ahora, que estamos por iniciar la segunda década del siglo XXI, ojalá se pueda terminar aquel proyecto de edificación de un aeropuerto internacional en el oriente del país, una visión que dio inicio en 1966, para ser materializada en la Hacienda “El Encantado”.
Investigación realizada por flotilla-aérea / vía Mario A.