El mundo de la aviación está regido por múltiples ciencias que intervienen en el desarrollo de toda actividad aeronáutica, en ese sentido la meteorología cumple un rol fundamental puesto que su objeto de estudio es la física atmosférica, el estado del tiempo y los cambios producidos en el medio en donde se efectúan la mayoría de vuelos: la tropósfera.
Año tras año nuestro país se ve afectado de manera cíclica por una variedad de fenómenos naturales que influyen en el diario vivir de forma positiva, negativa e incluso algunos que transcurren de manera desapercibida a pesar de conformar verdaderos espectáculos visuales, como es el caso de un halo solar o un arcoíris; también están aquellos que afectan el desarrollo de las actividades aéreas y la seguridad de las operaciones de vuelo.
Estos acontecimientos pueden tener un origen biológico, como la migración de aves que genera el riesgo de colisión o de ingestión en los motores de una aeronave en vuelo (te podría interesar: https://flotilla-aerea.com/2017/11/12/el-paso-del-azacuan/); existen los que son producidos por el ser humano, como los incendios forestales que pueden limitar el desempeño de un avión o helicóptero, su tripulación y/o afectar la seguridad de las instalaciones aeroportuarias (te podría interesar: https://flotilla-aerea.com/2018/04/14/bambi-bucket/). En mayor proporción, también los fenómenos de origen atmosférico como huracanes, los rayos, la lluvia, el viento y la reducción de la visibilidad causada por las nubes de polvo que llegan desde el Sahara, en África.
Polvo del Sahara.
También “Capa de Aire Sahariana” (Saharan Air Layer) se le denomina a la masa de aire seca procedente de África y que a su paso por el vasto territorio del desierto cálido más grande del mundo (aproximadamente 9,400,000 km²) arrastra anualmente entre 60 y 200 millones de toneladas de polvo a través de la zona tropical del océano atlántico hasta el continente americano, cubriendo una distancia de más de 10,000 kilómetros. En su desplazamiento pasa afectando a las islas Azores, Canarias, del Caribe, Centroamérica, México, la región sureste de los Estados Unidos, Venezuela y la Amazonia. Esta colosal nube de polvo, cuya mayor incidencia se presenta en los meses de junio, julio y agosto de cada año, tiene su origen en la interacción de tres sistemas de circulación propios del continente africano:
Harmattan / Harmatán.
Es un viento alisio que sopla desde el noreste del desierto del Sáhara, cruzando África occidental con dirección al Golfo de Guinea, se caracteriza por ser frío durante la noche, caliente en extremo durante el día, seco y polvoriento. En su tránsito sobre el desierto empuja las partículas de polvo, en forma de nube de arena y cruza el océano atlántico hasta el continente americano.
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El nombre Harmattan tiene su origen en la palabra haramata «viento médico» del dialecto twi o chuí hablado en la región ocupada mayormente por la República de Ghana y el este de Costa de Marfil.
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West African Monsoon (WAM) / Monzón de África occidental.
Es un sistema de circulación que afecta a las regiones de África occidental, caracterizado por vientos que soplan del suroeste durante los meses más cálidos y del noreste durante los meses más fríos del año. En invierno, el monzón del suroeste fluye como una capa húmeda y poco profunda de aire de superficie cubierta por el viento alisio del noreste: el harmattan.
Saharan Heat-Low System (SHL) / Sistema sahariano de calor de bajo nivel.
Es una capa de la atmósfera de baja presión, extremadamente cálida, seca y cargada de polvo que se extiende sobre un vasto sector del Sahara central, cubriendo gran parte del norte de Mauritania, Malí, Níger y el sur de Argelia, que se origina gracias al intenso calentamiento solar en la superficie del desierto.
La nube de polvo que llega al continente americano se forma cuando el aire cálido del desierto (SHL) choca con el aire fresco de la región del Sahel (WAM); al mezclarse las partículas de ambas masas de aire, éstas se arremolinan de manera ascendente, para ser dirigidas hacia el oeste (hacia el océano atlántico) gracias a la acción del Harmattan, alcanzando hasta 16,000 y a veces 20,000 pies MSL de altitud.
El ingreso de la nube de polvo del Sahara en El Salvador, se caracteriza por tornar el cielo de un color grisáceo durante el día y rojizo al atardecer (debido a la absorción de parte de la luz solar), además de incrementar la sensación de calor, disminuir la nubosidad y la lluvia. Aunque su verdadero impacto en la naturaleza va más allá de estos efectos:
Fertilización del suelo.
Las partículas de polvo del desierto son básicamente rocas trituradas que poseen diferentes elementos químicos como el fósforo y nitrógeno que son utilizadas por la flora oceánica, de la región y de la Amazonia al ser depositadas en el mar o en el suelo directamente por la acción del viento o a través de la lluvia.
Calidad del aire.
La presencia de la nube de polvo en el ambiente contiene materiales biológicos y químicos que son potencialmente dañinos a la salud, por lo que se incrementan las afecciones respiratorias y alérgicas (en ojos y piel) en buena parte de la población. En nuestro país el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) es la entidad encargada de dar seguimiento al fenómeno de Polvo proveniente del Sahara y a través del Servicio Nacional de Estudios Territoriales (SNET), realizar el monitoreo de la calidad del aire. Te invitamos a visitar: http://www.snet.gob.sv/googlemaps/calidadaire/calidadAire/indexg_OA.php
Efecto en las operaciones de vuelo.
En el ambiente aeronáutico, éste fenómeno se manifiesta como una niebla reductora de la visibilidad llamada Calima, asimismo la alta concentración de partículas de hierro y polvo en el ambiente pueden afectar el alcance de algunos equipos de radiocomunicación.
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Calima o calina (HZ) es un fenómeno meteorológico consistente en la presencia en la atmósfera de partículas muy pequeñas de polvo, cenizas, arcilla o arena en suspensión. Cuando esta ocurre por efectos del polvo o elementos propios del ambiente, se conoce como calima tipo «A»; cuando se produce por eventos especiales, tales como incendios forestales u otros eventos de carácter contaminante, se le denomina calima tipo «B”.
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De acuerdo a la intensidad del fenómeno, las operaciones aéreas supeditadas a las Reglas de Vuelo Visual (Visual Flight Rules / VFR) pueden ser suspendidas tanto en MSSS como en MSLP, siempre y cuando la visibilidad horizontal se vuelva menor a los cinco kilómetros lineales (medidos desde la superficie).
METAR decodificado: MSSS, día 07 a las 14:50 UTC, viento de los 280º con dos nudos, visibilidad de cinco mil metros reducido por calima, nubes dispersas a 1,300 pies, nubosidad abundante a 3,300 pies, temperatura 25º C, punto de rocío 22º C, QNH 1016 milibares, altímetro 30.01” de mercurio.
En el METeorological Aerodrome Report (METAR) para el Aeropuerto Internacional de Ilopango emitido a las 08:50 horas del miércoles 07 de julio de 2021 se muestra una reducción de las condiciones de visibilidad causado por la presencia de bruma (calima) hasta el límite de cinco kilómetros alrededor de la estación. Esta condición impidió la salida de aeronaves en vuelos VFR, debido al riesgo que representa la dificultad de poder ver desde un avió, helicóptero o la torre de control a otros aparatos en vuelo, asimismo por la necesidad en los vuelos de instrucción de contacto y navegación de poder contar con una referencia en el horizonte y en el terreno.
Las nubes de polvo del Sahara son un fenómeno atmosférico que llega a nuestro país cada año, algunas veces a partir del mes de marzo. En el ambiente aeronáutico, sus efectos limitan ocasionalmente las operaciones aéreas VFR por una o dos horas, asimismo, cabe mencionar que actualmente en nuestro registro no hay ningún reporte en el que se haya llegado a la necesidad de cerrar alguno de los dos aeropuertos internacionales debido a que la presencia de calima tipo “A” haya hecho disminuir los límites de mínimos de visibilidad para operar en condiciones instrumentales.
Caso contrario son las medidas que suelen tomar las autoridades en algunas terminales cercanas al continente africano, donde las nubes de polvo llegan con mayor densidad y velocidad; claro y mas reciente ejemplo de ello fue el cierre de los ocho aeropuertos situados en el archipiélago español de las Islas Canarias el domingo 23 de febrero de 2020, que terminó afectando la operación de casi 150 vuelos._
Artículo elaborado por Flotilla-Aérea vía Mario A.
Fuentes consultadas:
– Imagen de portada: BE-1900 sobrevolando el Golfo de Guinea sobre la “Saharan Air Layer” en marzo 2012, vía B7.
– Archivos F/A