El modelismo es un reflejo de la fascinación humana por capturar el mundo en miniatura; sus raíces se extienden hasta las primeras civilizaciones —como Egipto y Mesopotamia—, donde ya en el 5000 A.C. se elaboraban barcos funerarios, figurillas rituales, con fines ceremoniales, utilitarios o bélicos. Siglos después, este arte técnico evolucionó: los maestros del Renacimiento empleaban maquetas para diseñar catedrales y palacios, mientras que los estrategas del siglo XIX utilizaban réplicas para simular batallas.
La era moderna del modelismo surgió de la unión entre creatividad, procesos industriales y el impulso de los medios de comunicación. Gracias a materiales como el plástico inyectado, metales maleables y pinturas de alta adherencia, junto al cine y la televisión el modelismo se convirtió en un fenómeno accesible a públicos más amplios. Ferias internacionales comenzaron a premiar el rigor histórico de las reproducciones, mientras talleres y clubes en varias partes del mundo congregaban a apasionados por la aviación, la ingeniería naval o los vehículos militares.
En El Salvador, esta práctica artística y técnica encontró su puerta en 1958, de la mano de una empresa familiar pionera: Caribe Hobby Center (CHC). Esta tienda no solo introdujo el modelismo estático en el país, sino que se convirtió en un referente cultural para generaciones de aficionados a las miniaturas históricas, barcos, vehículos, tanques y el preferido de muchos: aeronaves (te podría interesar: https://flotilla-aerea.com/2010/09/19/md-450-ouragan-fas-heller-172-parte-1/).
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Modelismo estático: disciplina que consiste en ensamblar reproducciones en miniatura de máquinas, edificios o personajes, con un nivel de detalle que busca fidelidad al original. Su objetivo es la exhibición sin movimiento, no el juego, por lo que dista de ser un simple pasatiempo infantil.
Modelismo dinámico: especialidad dedicada a la construcción de maquetas que no solo se exhiben, sino que se ponen en movimiento mediante sistemas de control remoto (radio control) o circuitos eléctricos, priorizando la funcionalidad mecánica sobre la fidelidad visual o histórica.
Diorama: composición que integra modelos a escala (o a tamaño real) en un entorno narrativo, combinando figuras, vehículos y escenografía para recrear escenas históricas, fantásticas o cotidianas.
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A mediados de la década de 1950, el ahora Centro Histórico de San Salvador concentraba la actividad económica y administrativa del país. Entre sus zonas de crecimiento destacaba, al occidente, la Plaza de las Américas —anteriormente llamada la “Cruzadilla”, hoy Plaza Salvador del Mundo—, punto de convergencia de la Alameda Franklin D. Roosevelt y la carretera a Santa Tecla (actual Alameda Manuel enrique Araujo).
La unión de estas importantes vías aceleró el desarrollo urbanístico y comercial de la zona, dando lugar al establecimiento de varios locales comerciales que adoptaron el nombre: “Caribe” como una referencia para su ubicación dentro de la capital, ejemplo de ello fue el “Cine Caribe”, una moderna sala de proyección inaugurada en 1957; el “edificio Caribe”, inmueble que por muchos años albergó las oficinas administrativas de la aerolínea TACA INTERNATIONAL y la “agencia Caribe” del Banco Agrícola, entre otros. Para 1959 se inauguró una estación de servicio llamada “Texaco Caribe” y fue junto a esa gasolinera en donde “Caribe Hobby Center” inició formalmente a partir de 1960.
La idea de crear un establecimiento comercial dedicado al modelismo a escala nació del matrimonio entre don Pío Miguel Díaz (QDDG) y doña Concepción Colocho (QDDG), empleados bancarios que, tras casarse en 1955, buscaron independizarse económicamente. Comenzaron importando desde los Estados Unidos modelos de planeadores de las marcas Lindberg y Guillow’s mediante pedidos por catálogos. El éxito entre su círculo cercano los animó a emprender, pero faltaba el capital inicial.
La oportunidad llegó gracias al entonces dueño del Banco Agrícola, don Luis Escalante Arce, jefe de doña Concepción y padrino de bodas de los esposos Díaz-Colocho; con su apoyo obtuvieron los fondos necesarios para montar no uno, sino dos locales:
El almacén central se ubicó contiguo a la gasolinera “Texaco Caribe” en terrenos propiedad de la Texaco Petroleum Co. (en lo que años más tarde se convertiría en el “Edificio Montecristo”) gracias a la relación comercial entre el Banco Agrícola y la multinacional petrolera. Los esposos Díaz-Colocho decidieron llamar a la naciente empresa: Caribe Hobby Center, aprovechando el impulso que daba el nombre comercial de la zona.
El segundo almacén, la sucursal centro, estuvo ubicado en la 3ª calle poniente #608 y funcionó por más de 60 año en ese lugar.
CHC nació con la idea de comercializar y promover el modelismo como un sano entretenimiento, desarrollar la habilidad, creatividad, paciencia y cultura entre niños, jóvenes y adultos al mismo tiempo de aprovechar estas actividades para incrementar el acervo histórico con la búsqueda de referencias en cada modelo armado, que en sí, se convertía en ardua labor en esa época al no contar con internet u otras referencias visuales al alcance (te podría interesar: https://flotilla-aerea.com/2021/05/01/socata-rallye-235g-fas-63-heller-150/).
Una vez con los almacenes en pleno funcionamiento, se siguieron abasteciendo de productos Lindberg y Guillow’s, asimismo ingresaron por primera vez al país marcas como Corgi Toys, Dinky Toys, Matchbox, Hotwheels, Mattel y Hasbro.
Otras empresas, tales como Lindberg, Revell, Monogram y Testors nos solo suplieron de productos a Caribe Hobby Center, también despertaron el interés a tal grado de invitar a los esposos Díaz-Colocho a exposiciones en los Estados Unidos y obtener trato preferencial con algunos de los modelos a escala, principalmente aquellos aviones legendarios que ya se comercializaban, pero que aún no estaban disponibles en el país.
En los 70’s CHC introdujo un producto novedoso en esa época: los primeros aviones a control remoto, que tuvieron muy buena aceptación entre los miembros del Aeroclub.
La historia de Caribe Hobby Center no ha estado exenta de adversidades. En sus más de seis décadas de operación, cuatro terremotos han puesto a prueba sus instalaciones, pero fueron los ocurridos en 2001 los que dejaron severos daños en la sucursal centro, requiriendo una intervención estructural completa.
Durante el periodo de conflicto armado, la empresa enfrentó múltiples amenazas de atentados terroristas que buscaban la destrucción sus tiendas – incluyendo la gasolinera contigua –, sumándose a cinco asaltos a mano armada que sufrieron sus almacenes a lo largo de los años.
El repentino fin de la relación comercial con la Texaco Petroleum Co. en 1998 obligó a la sociedad “Diáz – Colocho Hnos.” a buscar de manera expedita un nuevo local. CHC trasladó su almacén central a la Plaza Suiza, donde sigue operando en la actualidad.
En sus seis décadas de historia, Caribe Hobby Center ha sido testigo de un desfile constante de visitantes: desde el comprador ocasional que confunde sus vitrinas con una juguetería y se asombra al descubrir el valor de las piezas de colección, hasta el experto que entra con la precisión de un relojero, conocedor exacto de cada modelo, pintura y herramienta que necesita. Entre ellos, destaca el aprendiz entusiasta -ese cliente primerizo que descubre con sorpresa que las maquetas llegan desarmadas- y el aficionado en formación, quien comienza con kits sencillos mientras domina pacientemente las técnicas de ensamblaje y pintura. Cada uno, a su manera, ha contribuido a hacer de CHC un espacio vivo, dejando entrever cómo el arte del modelismo seduce en distintas etapas: la curiosidad inicial, el aprendizaje meticuloso y finalmente, la maestría especializada en campos como la aviación, lo naval o lo terrestre.
En más de 60 años de funcionamiento, Caribe Hobby Center se ha consolidado como un referente en cuanto al modelismo estático, dinámico y figuras de colección metálicas, manteniendo un inventario diverso a pesar de la dificultad para cubrir toda la demanda del público. En sus estanterías conviven tres categorías principales: vehículos terrestres, embarcaciones y aeronaves – entre civiles y militares –, a las que recientemente se han añadido figuras de acción. Entre todas las opciones, los clientes muestran especial interés en los modelos históricos de la Fuerza Aérea Salvadoreña (FAS), con los helicópteros UH-1H/M y MD-500 junto a los aviones A-37B, MD-450 y CM-170, disponibles en las escalas tradicionales 1/72 y 1/48.
Más allá de la variedad, el sello distintivo de CHC radica en su sistema de garantías: cada kit incluye cambio inmediato por piezas defectuosas o incompletas, un respaldo que las tiendas en línea no suelen ofrecer y que consolida su relación con la comunidad modelista.
Desde 1960, Caribe Hobby Center ha sido testigo de cómo el modelismo se transmite entre generaciones. A través del tiempo, la tienda ha mantenido sus puertas abiertas porque siempre surge un nuevo entusiasta: un niño que descubre su primer kit de armado, el coleccionista que busca un modelo o un tono de pintura específico o el experto que comparte sus técnicas. Seis décadas después, en un mundo donde lo digital compite con lo tangible, CHC sigue siendo el espacio donde las miniaturas conectan nuestro presente con la historia.
Artículo elaborado por Flotilla-Aérea vía Mario A. gracias a la invaluable ayuda proporcionada por don Juan Díaz Colocho en una entrevista personal realizada en AGO2020.