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Capitán Carlos Gavidia Castro (1915-1944)

La historia de El Salvador, a partir del siglo XX, contiene numerosos episodios en los que la participación directa e indirecta de la Aviación Nacional ha contribuido al desarrollo de acontecimientos que marcaron rotundos cambios de la sociedad. 

Tristemente muchos de los personajes que han tenido algún tipo de protagonismo en éstos eventos tienden a caer en el olvido dentro de la misma comunidad. 

Este es el caso del Capitán Piloto Aviador Carlos Gavidia Castro, quien junto a otros hombres del aire vieron el ocaso de su vida en el mes de abril de 1944, tras el fallido alzamiento en armas contra un Gobernante que llevaba más de 13 años en el poder.

Imagen 1. Imagen colorizada de Teniente Carlos Gavidia (Ricardo Gavidia).

El Capitán Carlos Gavidia Castro, hijo de don José Gavidia y doña Carlota Castro de Gavidia, nació en Santa Ana el miércoles 24 de Noviembre de 1915, fue el segundo de una numerosa generación de 10 hijos y el primero en optar por la carrera de las armas, a la cual se uniría posteriormente su hermano menor José Antonio Castro Gavidia.

El joven Carlos, ingresó a la “Escuela Militar” (EM) el viernes 13 de febrero del año 1931, causando alta como cadete bequista con apenas 15 años de edad; después de completar de manera satisfactoria los tres años de estudio y en conformidad a la “Ley de Ascensos Militares” y “Reglamento Orgánico de la Escuela Militar”, obtuvo el grado de subteniente del ejército en la IV Promoción de la EM el día viernes 20 de octubre de 1933, junto a 26 compañeros más, entre ellos el subteniente José María Lemus, quien llegó a ser presidente de la República entre los años 1956-1960.

Imagen 2. Libros de Texto utilizados por el Cadete y Stte. Castro Gavidia en su paso por la EM (Ricardo Gavidia).

Casi tres años después, a mediados de 1936 fue seleccionado como alumno de la Escuela de Aviación, con sede en el aeródromo de Ilopango y septiembre de ese mismo año fue asignado a la “Primer Patrulla” bajo el mando del Tte. Daniel Cañas Infante.

Antes de terminar el mes de septiembre de 1936, el martes 29, fue ascendido al grado de Teniente, después de haber completado los requisitos establecidos en la “Ley de Ascensos Militares”, junto a 16 compañeros de promoción. 

Iniciando 1937, el día martes 05 de enero, finalmente obtuvo el título de Piloto Aviador Militar, por lo que fue inscrito de manera permanente en el escalafón especial de la Aviación Salvadoreña, donde llegó a volar con toda destreza aviones modelo: WACO CTO, Curtiss-Wright CW-14 “Osprey” y aviones de ataque Caproni AP-1.  Después de haberse graduado como Piloto Aviador, contrajo matrimonio con la Srta. María Teresa González.

Imagen 3. Tte. Carlos Gavidia (segundo de izquierda a derecha) posando junto a un avión CW-14 en Ilopango (Ricardo Gavidia).

Lo que parecía una carrera militar y como aviador en ascenso, pronto se vio truncada por una serie de eventos relacionados al ambiente de desconfianza que se vivía dentro de la sociedad y de las mismas Fuerzas Armadas (FFAA) en torno a la continuidad del Gral. Maximiliano Hernández Martínez en el poder, cuya popularidad ya había comenzado a decaer.

Don José Cipriano Castro Bernal (1895–1958), hombre de ideas conservadoras que gozaba de alguna simpatía especialmente en el departamento de Santa Ana, era tío del Tte. Carlos Gavidia y Cadete José Antonio Gavidia (graduado como subteniente en febrero de 1940, perteneciente a la promoción X de la EM), también había sido amigo cercano del General Martínez en el pasado y colaborador en el Gobierno de 1931-1935.  En agosto de 1938 don José Cipriano fue catalogado como una amenaza para el régimen y fue obligado a abandonar el país (exiliándose en Guatemala) después de protestar públicamente por el propósito del General para reelegirse.

Combinado a la salida de don José Cipriano Castro, resultó que durante la conmemoración del aniversario de boda del Cap. Carlos Gavidia y su esposa María Teresa, varios oficiales que figuraban entre los amigos de la familia fueron invitados y asistieron a la celebración, mientras que otro grupo de militares que no fueron tomados en cuenta por la joven pareja, empezaron a difundir rumores que dicha reunión se trató de una confabulación en contra del régimen de Martínez.  A las pocas semanas, el Tte. Carlos Gavidia Castro fue obligado a pedir “voluntariamente” la baja de la Aviación Militar en la segunda mitad de 1939, por lo que se dedicó a la administración de las Haciendas “El Ángel” y “El Carmen”, localizadas entre los municipios de San Juan Opico y San Pablo Tacachico en La Libertad (actualmente Cooperativa Talcualuya).  Durante este tiempo alejado de las filas militares se dedicó de lleno a sus tres hijos y su esposa.

A finales de 1942, una vez disipados los rumores sobre las reuniones clandestinas años atrás y ante la necesidad de aumentar en número de aviadores tras la declaración de guerra por parte del Gobierno salvadoreño a las naciones de Alemania e Italia (en diciembre de 1941), el Tte. Gavidia retornó a las filas de la Aviación Militar, en esta ocasión para continuar volando las aeronaves operativas en las que ya tenía experiencia previa y los recién adquiridos Fairchild PT-19 y Vultee BT-13A “Valiant”, esperando generar la suficiente experiencia en éste último modelo para iniciar el vuelo en los North American AT-6C y D.  Para enero de 1943, el Tte. Gavidia aprobó todos los exámenes de ley para ser promovido al grado inmediato superior, pero fue hasta el viernes 12 de noviembre de 1943 (10 meses después) que logró su ascenso al grado de capitán, mientras que la mayoría de compañeros de promoción ya ostentaba el grado de “capitán mayor” (equivalente a mayor en la actualidad).

Tras su reingreso a las filas de la Aviación Militar el ahora capitán Carlos Gavidia Castro, cambió nuevamente su domicilio, trasladándose desde los terrenos de la Hacienda El Ángel en La Libertad, hacia las transitadas avenidas de San Salvador, en la Calle Arce.

Imagen 4. Cap. Gavidia en traje de vuelo (Ricardo Gavidia).

El año de 1944 marcó rotundos cambios en la historia de nuestro país; mientras que la mayoría de habitantes desarrollaba sus actividades diarias con el típico entusiasmo de los salvadoreños, en algunos lugares se llevaban a cabo reuniones secretas entre militares y civiles con único objetivo: derrocar al Gobierno del General Maximiliano Hernández Martínez.

La larga lista de alzamientos militares en El Salvador ha dejado en claro que una de las principales armas para completar con éxito la acción militar es la aviación, gracias a su velocidad, alcance, potencia y concentración de fuego.  No se sabe exactamente qué tanto conocimiento tenía el Cap. Gavidia de éste movimiento, es justo pensar que un aviador con su experiencia y antigüedad figuraba en la lista de oficiales idóneos para dirigir y llevar a cabo las acciones aéreas, junto a otros pilotos y cadetes que estaban dispuestos a participar en el golpe.  Lo cierto es que Carlos Gavidia no tenía la intención de participar, al menos no hasta el día “D”.

Un día antes del golpe, recibió un telegrama con la orden de presentarse a Ilopango a las 14:00 horas.

La fecha del alzamiento fue cuidadosamente escogida: domingo 02 de abril de 1944 (domingo de ramos), al inicio de la Semana Santa.  Se esperaba que la mayoría de Oficiales Jefes y Oficiales Superiores partidarios de del régimen, se encontraran de licencia, lejos de sus cuarteles y se sabía que el General Martínez pasaría ese fin de semana en las playas de la Libertad; situación que sería aprovechada por los alzados en armas para movilizarse al interior de la república sin levantar sospechas y tratar de convencer a los oficiales indecisos.

Las acciones iniciaron a rededor de las 15:00 horas del domingo; en el caso de la Aviación Militar, se pretendía que ésta fuera controlada por los pilotos alzados, reforzarla con un Escuadrón del Regimiento de Caballería y que el oficial de mayor antigüedad a convencer sería el Capitán Mayor Julio Faustino Sosa, el segundo jefe, debido a la ausencia en el país del primer jefe: Capitán Mayor Juan Ramón Munes.

Al anochecer del día domingo, fueron tomadas las radioemisoras YSP “La voz de Cuscatlán” y YSR “La voz de El Salvador” que transmitían el éxito del alzamiento, pero la mala fortuna estuvo de lado de los golpistas, puesto que el General Martínez no pudo ser capturado y tomó control del cuartel central de la Policía Nacional en San Salvador, lugar desde el cual se puso en contacto con otros Comandantes para intentar contener el alzamiento y de manera urgente tomar el control de la Aviación Militar.

Por otro lado, finalmente el Tte. José Antonio Gavidia Castro, de alta en el 2º cuartel de ametralladoras, logró convencer a su hermano mayor, el Cap. Gavidia, de participar en el golpe, pero a éste último le fue imposible llegar a las instalaciones en Ilopango, debido al cierre de las vías de acceso por parte de las tropas leales al gobierno, que poco a poco iban ganando terreno. 

Al no ser posible llegar a la sede de la Aviación Militar, el Cap. Gavidia se incorporó a la unidad comandada por el Stte. Juan Ramón Merino (de alta en el 2º regimiento de infantería) a la altura de la “Garita” (calle Concepción y Agua Caliente), abordando un vehículo blindado de tipo M3A1 “Stuart” (armado con un cañón de 37mm y ametralladoras 0.30) con el que procedieron a apoyar a las tropas alzadas en combate en el barrio Candelaria y en el Cuartel San Carlos, pero debido al fuego intenso y la falta de municiones decidieron replegarse hacia occidente, con dirección a Santa Ana.

Finalmente, a la altura de “San Andrés” se quedaron sin combustible y fueron asediados por tropas del General Martínez, el Stte. Merino fue capturado, mientras que el Cap. Gavidia logró escapar a través de los cañales hacia la Hacienda el Ángel, con el fin de cambiarse de ropa, tomar un poco de dinero y escapar hacia el extranjero.

Para la mañana del día lunes 03 de abril el aeródromo de Ilopango fue rodeado por unidades “martinistas” y toda aeronave que pretendía despegar o aterrizar era recibida con fuego de artillería y fusilería, varios pilotos que no lograron retornar para reabastecerse de combustible llevaron sus aviones lejos de la capital para evitar ser derribados o capturados.  La Aviación Militar fue tomada esa misma tarde.  En la mañana del martes 04 de abril el alzamiento militar fue socavado.

El domingo 09 de abril de 1944 se reunió el “Consejo de Guerra Extraordinario” contra varios militares y civiles por los delitos de rebelión y sedición contra el Gobierno, entre ellos el Tte. José Antonio Gavidia Castro, quien murió fusilado el lunes 10 abril junto a diez implicados más, incluyendo un civil.

En su intento de llegar a Honduras, el Cap. Carlos Gavidia le entregó dinero a un lugareño para ser guiado a través de senderos no vigilados, pero terminó siendo entregado por su supuesto guía a una patrulla de la Guardia Nacional a unos pocos kilómetros de cruzar la frontera, posteriormente fue llevado a la capital.  El sábado 22 de abril de 1944 se reunió nuevamente el “Consejo de Guerra Extraordinario” contra tres oficiales más, entre ellos el Cap. Gavidia, quienes fueron sentenciados a muerte.

Ante la trágica noticia del fusilamiento del Tte. Antonio Gavidia y de la captura del Cap. Carlos Gavidia, el mayor de todos los hermanos: José Gavidia Castro (dedicado plenamente a la vida civil), se avocó a las autoridades a fin de intentar salvar la vida de Carlos.  José Gavidia también fue capturado, pero después de la ejecución de su segundo hermano, fue sacado de la penitenciaria y enviado a casa en taxi por un oficial que jamás conoció su nombre y nunca volvió a ver; José Gavidia vivió hasta los 105 años de edad, falleció en 2016.

Conocedor de su destino, en las horas previas a su ejecución, Carlos Gavidia escribió una carta de despedida con su puño y letra dedicada a su esposa María Teresa, documento que es guardado con mucho apego por parte de la familia Gavidia, la cual se transcribe a continuación:

Imagen 5. Carta del Cap. Gavidia a su esposa María Teresa, 23ABR1944 (Ricardo Gavidia).

Transcripción:

“Adorada esposa mía:

Son tantas las cosas que tengo que decirte, pero Dios no ilumina mi cerebro para decirte, lo que mi alma siente por ti, pero tu adivinaras lo que pienso; antes de morir, te suplico no llores por mí, siempre estaré a tu lado y mi espíritu te acompañara donde quiera que estés.

Cuida a nuestros hijos, los tres y el que viene, que Dios quiera sea hembra para consuelo tuyo, no llores que yo voy al cielo y desde ahí cuidare de ti y de mis hijos.

Perdono a todos mis compañeros que me condenaron a muerte, no para que Dios me perdone a mí, sino por convicción propia que sale del fondo de mi corazón.

Adiós María adorada, cuando oigas “Alejandra” nuestra pieza musical favorita, cierra los ojos y sueña que estas en mis brazos, que Dios me dará permiso para estar espiritualmente contigo. La próxima carta te la enviare desde el cielo, para que no me olvides jamás.

Con miles de besos me despido de ti. Te adora.

Tu Carlos”

La sentencia fue ejecutada a las 06:30 horas del lunes 24 de abril de 1944 a manos de un pelotón de fusilamiento en el cementerio general, cuando María Teresa González de Gavidia tenía tres meses de embarazo de su cuarto hijo.

Algunos de los objetos personales que el Cap. Gavidia portaba al momento de su muerte son expuestos de manera permanente en el Museo Nacional de Aviación en Ilopango, gracias a la colaboración de la familia Gavidia.

Imagen 6. Museo Nacional de Aviación (FAES).

El “Martinato” llegó a su fin el día 09 de mayo de 1944, después de una serie de protestas civiles que iniciaron el jueves 26 de abril y que terminaron con la llamada “Huelga de los Brazos Caídos”, en donde toda la producción nacional se detuvo a partir del martes 02 de mayo, exactamente un mes después de iniciado el alzamiento armado.

En total murieron fusilados 13 militares y un civil, a los reos ausentes los favoreció la amnistía general decretada por la Asamblea Nacional Legislativa, al instalarse el nuevo gobierno que tomó posesión el 09 de mayo de 1944.

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El presente artículo no pretende ser un análisis de periodo presidencial del General Maximiliano Hernández Martínez o del alzamiento en armas que tuvo lugar a partir del domingo 02 de abril de 1944, que finalmente llevó al derrocamiento del mandatario; el único objetivo es hacer referencia en éstos hechos históricos que marcaron el destino y muerte del Cap. PA Carlos Gavidia Castro (QEPD).

Si quieres conocer más sobre la participación de la Aviación Militar en el alzamiento del 02 de abril de 1944 te invitamos a leer el libro: Cornejo Escobar, Douglas A. (2002) – HISTORIA DE LA FUERZA AÉREA SALVADOREÑA (1ª edición) – CONCULTURA, San Salvador, El Salvador – ISBN: 99923-0-076-0.

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Artículo elaborado por Flotilla-Aérea vía Mario A. gracias a la valiosa e invaluable colaboración de Ricardo Ernesto Gavidia (hijo del 4º hijo del Cap. Gavidia)._

Fuentes:

– Archivos y álbumes de fotos de la Familia Gavidia.

– Archivos F/A

– Cornejo Escobar, Douglas A. (2002) – HISTORIA DE LA FUERZA AÉREA SALVADOREÑA (1ª edición) – CONCULTURA, San Salvador, El Salvador – ISBN: 99923-0-076-0.

– Teresa González, María (1987) – PUGNA A UN DICTADOR (1ª edición), San Salvador, El Salvador.

– Castro Moran, Mariano (2000) – RELÁMPAGOS DE LIBERTAD (1ª edición) – EDITORIAL LIS, San Salvador, El Salvador.

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