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La Semana del Correo Aéreo Internacional, El Salvador 1932

En la segunda mitad de 1932, la República de El Salvador vivía un momento de profundas transformaciones en los ámbitos económico, político, tecnológico y social. Este período de cambio coincidió con el auge de la aviación como herramienta fundamental para acortar distancias y estrechar vínculos entre las naciones. Los cimientos de la aviación nacional se habían establecido años atrás, con la creación de la “Flotilla Aérea Salvadoreña” (actual Fuerza Aérea Salvadoreña) el 20 de marzo de 1923. Poco después, el 19 de febrero de 1924, se fundó la Jefatura de la Aviación Salvadoreña, ente responsable de regular tanto el ámbito aeronáutico civil como el militar. Sin embargo, el avance decisivo llegó el miércoles 1º de enero de 1930, con la inauguración del servicio de correo aéreo, operado por la aerolínea estadounidense “Pan American Airways” (PAA), utilizando aeronaves Ford Trimotor 5AT-B en el aeródromo de Ilopango.

Imagen 01. Ford Trimotor 5AT-B de PAA en vuelo c.1930 (Colección PAHF)

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Algunas especificaciones técnicas del Ford Trimotor 5AT-B

Capacidad: 15 pasajeros y 2 pilotos.

Peso máximo al despegue: 13,500 libras.

Planta motriz: 3 motores radiales Pratt & Whitney R-1340 Wasp de 420 HP c/u.

Velocidad crucero (Vc): 100 nudos

Techo de servicio: 17,000 pies.

Alcance máximo: 560 Millas Náuticas.

Capacidad máxima de combustible: 355 galones.

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La llegada del correo aéreo a El Salvador, al igual que en el resto de Centroamérica, fue recibida con gran entusiasmo. Este innovador servicio no solo agilizó la comunicación entre familias y empresas, sino que también se erigió como un pilar para fortalecer las relaciones internacionales y dinamizar el comercio en la región. En este escenario, la «Semana del Correo Aéreo Internacional» de 1932 se erigió como un evento emblemático que reflejó los avances técnicos de la época y el creciente interés de El Salvador por integrarse a las redes de comunicación internacional.

En 1932, las tecnologías de comunicación y transporte que hoy consideramos comunes aún no existían. El correo aéreo, que recientemente había iniciado formalmente sus operaciones, representaba una innovación sin precedentes. A diferencia del correo terrestre o marítimo, que podía tardar semanas o incluso meses en entregar correspondencia entre países, este servicio redujo drásticamente estos tiempos, facilitando un intercambio más rápido y eficiente de información.

La «Semana del Correo Aéreo Internacional», celebrada del domingo 11 al sábado 17 de septiembre de 1932, fue instituida con el objetivo de promover el uso de este servicio y reconocer su impacto en la sociedad. Organizada de manera conjunta por la Dirección General de Correos, bajo la dirección del General Jesús Somoza y Pan American Airways, El Salvador se unió a Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica para celebrar este evento. Durante una semana, se llevaron a cabo diversas actividades destinadas a incentivar la participación ciudadana y destacar la importancia del correo aéreo como herramienta de conexión entre las naciones.

Imagen 02. Organizadores de la “Semana del Correo Aéreo Internacional” (F/A)

Uno de los aspectos más destacados fue la invitación a la población para que, según sus posibilidades, enviara al menos una carta por correo aéreo a alguno de los 31 países servidos por las líneas aéreas interamericanas. Esta iniciativa no solo buscaba fomentar el uso del servicio, sino también crear un sentido de unidad y colaboración entre los ciudadanos de diferentes países.

Para motivar la participación ciudadana, se establecieron varios premios que reflejaban el espíritu innovador de la época. La Dirección General de Correos ofreció un boleto aéreo ida y vuelta desde El Salvador hacia Panamá o México, con un valor de $106.00 dólares (unos $2,460.00 dólares en la actualidad), dos de los principales destinos servidos por PAA en ese momento, para la persona que adquiriera la mayor cantidad de estampillas durante la semana.

Por su parte, el Diario Latino reconoció a la casa de comercio que mejor decorara sus vitrinas en promoción del correo aéreo, mientras que el Diario La Prensa reconoció al mejor cartel promocional; ambos periódicos ofrecieron también un boleto aéreo de ida y vuelta hacia Guatemala, vía PAA por un valor de $20.00 dólares cada uno (unos $460.00 dólares en la actualidad).

Imagen 03. Correspondencia enviada el lunes 13 de septiembre de 1932 (Asociación Filatélica Salvadoreña)

La selección de los ganadores de los pasajes aéreos estuvo a cargo de un jurado calificador nombrado a solicitud de la Dirección General de Correos, para lo cual fueron designados tres destacadas figuras: el General Manuel Antonio Castañeda, el Dr. J. Antonio Pinto Lima y don Juan Dionisio Merlos, tal como quedó registrado en el Diario Oficial Nº 211, tomo 113, del 17 de septiembre de 1932.

Un premio especialmente simbólico fue otorgado por el Subsecretario de Instrucción Pública a los estudiantes de escuelas públicas. Los jóvenes fueron invitados a escribir una composición descriptiva sobre el correo aéreo y su capacidad para promover la buena voluntad entre las naciones, dicho galardón consistió en un modelo a escala del avión Ford Trimotor de PAA, igual al que se exhibía en la vitrina de la oficina de la aerolínea norteamericana en el Hotel Nuevo Mundo.

Imagen 04. Imagen de referencia, Ford Trimotor escala (F/A)

En el caso de las composiciones estudiantiles, el jurado estuvo integrado por los profesores Lorenzo Sosa, José Flores Figeac y Baudillo Fuentes. Tras una exhaustiva revisión de los trabajos presentados, seleccionaron como ganadora a Cristina Andreu, una jovencita de trece años que cursaba el sexto grado en la Escuela Normal de Señoritas en San Salvador. Su composición, destacada por su profundidad y calidad literaria, se convirtió en un ejemplo excepcional del talento y la formación educativa de la época.

Imagen 05. Composición de Cristina Andreu vía F/A

La «Semana del Correo Aéreo Internacional» de 1932 no fue solo una celebración efímera; este evento reconoció al correo aéreo como un servicio esencial para la comunicación y el comercio en la región, logrando vencer de manera espectacular las barreras del tiempo y la distancia que, durante muchos años, separaron a las naciones de América. Gracias al entusiasmo y la participación ciudadana, el evento se repitió entre el lunes 11 y el sábado 16 de diciembre de 1933, consolidándose como uno de los factores principales para fomentar la buena voluntad y fortalecer las relaciones comerciales entre los países del continente.

Artículo elaborado por Flotilla-Aérea vía Mario A._