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El último vuelo del “Águila”.

Después de colocar en “off” el interruptor de las baterías del A-37B FAS 436 y con los rayos del sol golpeando mi rostro, tuve un momento para reflexionar. Pensé en esa mañana del 14 de noviembre, muchos años atrás, cuando mi instructor de vuelo me otorgó la confianza para realizar mi primer vuelo solo a bordo del Rallye FAS 63 (entonces de color blanco). Sin duda alguna fue un momento de tensión, a pesar de no ser el primero ni el último alumno al que dejó alzar vuelo y aterrizar una aeronave sin su asistencia. 

La enseñanza de mi instructor no solo se limitaba a lo técnico. En geometría analítica, se nos enseña que la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta, pero para él, volar en línea recta no era divertido. En más de una ocasión, seguimos ríos, vías férreas y caminos, trazando una ruta que rompía con la frialdad de cualquier figura geométrica. Esa filosofía era un reflejo de su manera de ver la vida y la aviación: encontrar en cada vuelo una experiencia única.

Pasaron los años y fue él mismo quien aprobó mi chequeo como instructor de vuelo en el T-35B «Pillán», justo después de ejecutar una rutina acrobática sobre la pista 33. «Al Pillán lo tiene que respetar«, me dijo “vamos a practicar otras maniobras cuando lo saque en la 08 – 26 aterrizando 33” … Y vaya que las iniciamos tres días después.

Recordé también aquel último vuelo que tuvimos la oportunidad de hacer, fue en el T-35 FAS 73 durante la presentación en el show aéreo Ilopango 2013. “No vamos a bajar tanto para que no nos regañen” me dijo en el briefing…  y en efecto, solo lo dijo!

En una de esas pláticas de pasillo, le pregunté cuántas horas de vuelo tenía. a lo que me respondió una singular razón por la cual no me podía dar el número exacto: «Desde que llené la tercera bitácora, dejé de llevar el control». Y qué necesidad tenía? Con más de 35,000 horas de vuelo a lo largo de 50 años, certificado para operar 55 aeronaves diferentes, entre aviones y helicópteros. Había servido en dos guerras, sido piloto militar, civil, agrícola, de aerolínea, e instructor de instructores, pero sobre todo una persona de carácter noble y amplio sentido humano, ahora volando eternamente junto al creador.

Tcnel. PA José Roberto Corleto Andrade “Águila”, mi Coronel… realizamos un vuelo más, el último vuelo juntos, solo que esta vez me tocó comandar la “Missing Man Formation”: la formación “Águila” en su honor, sobrevolamos su pueblo natal (ciudad de Sonsonate), lugar donde finalmente descansarán sus restos.  Aunque su legado para la aviación militar perdurará a través de los años, perdurará a través de las generaciones que volamos con usted.

Pude haber continuado recordando otras cosas, pero la voz de mi copiloto interrumpió mi concentración…

Todo bien?

Si todo bien… Hasta pronto “Águila” … fue un honor liderar este vuelo.

* * *

El Tcnel. José Corleto Andrade falleció el día miércoles 1º de octubre de 2014 junto al Sargento 1º TA José Armando Roque Mulato y Aerotécnico Sergio Luis Funes Amaya al accidentarse en la aeronave PA-23 “Azteca” matrícula FAS 003 en el Lago «Suchitlán», Cuscatlán; sobrevivió a éste trágico evento el Aerotécnico Josué Velásquez Argueta (Te podría interesar: https://flotilla-aerea.com/2014/10/01/aeronave-militar-se-accidenta-en-el-lago-suchitlan/).

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Imágenes del show aéreo Ilopango 2013 proporcionadas en tamaños original por Ladislao Leiva.

Imágenes del sobrevuelo en Sonsonate el día sábado 04 de octubre de 2014 proporcionadas por el Cap. PA J.A.B.O.

Texto original B7, vía Mario A.

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